La Vía de la Plata en bicicleta

La Vía de la Plata, nexo histórico de comunicación entre el norte y el sur de la Península Ibérica, consituye sin duda una de las mejores opciones para quien guste de los grandes recorridos en bicicleta.
Ya sea de forma completa, o realizando alguno de los itinerarios intermedios, el Iter ab Emerita Asturicam de los romanos cautivará y se hará inolvidable para todo el que se decida a llevarlo a cabo, dada la variedad de paisajes, climas y lugares por los que discurre, así como su indudable significado histórico perfectamente visible a lo largo del recorrido.

A diferencia del Camino de Santiago, la Vía de la Plata permite hacer muchos kilómetros campo a través, sin ver población ni casa alguna, disfrutando de parajes de ensueño y de auténtico ciclismo de montaña.
Por otro lado y antes de tomar cualquier contacto con la ruta, hay que mencionar que las fuentes de agua suelen ser escasas, y por tanto el avituallamiento líquido y sólido es primordial, al igual que un mínimo de recambios, repuestos y herramientas.
La experiencia nos ha demostrado también que la gastronomía es maravillosa en toda la ruta. La naturaleza nos muestra su espectacularidad en la vegetación, las cañadas, las calzadas romanas, los monumentos y las bellísimas ciudades y poblaciones que se atraviesan. La diversidad de paisajes y todo lo anterior hacen de este trayecto una experiencia inolvidable.
La información que te presentamos a continuación se basa en la experiencia de algunos amigos del ciclismo que han tenido la ocasión de recorrer este camino histórico y han puesto aquí, a tu disposición, las experiencias vividas en sus viajes. Estamos seguros de la utilidad de los mismos y esperamos que quizá te sirvan de incentivo para que algún día tú también puedas contarnos tu experiencia en la realización de tan maravilloso viaje.

Etimología e historia de la Vía de la Plata Antes de continuar, debemos advertir que nos hemos decantado por la terminología "Vía de la Plata" en perjuicio de "Ruta de la Plata", pues estimamos que conduce a ciertos equívocos, a veces interesados, identificar Ruta de la Plata con el itinerario Sevilla - Gijón, es decir, el trazado de la actual Carretera Nacional N-630, que no es el recorrido auténtico.
Muchas son las teorías y las explicaciones que podemos encontrar sobre el significado de "La Plata" que prosigue al nombre de "Vía", "Calzada" o "Ruta". Lo que parece claro es que el término "Plata" nada tiene que ver con el preciado metal. Modernas investigaciones se inclinan por una etimología latina (platea = vía pública) o griega (platys = ancho).
Más ajustada a la realidad, sin embargo, parece ser la raíz árabe del término; la expresión "balata", camino empedrado, es el origen del nombre actual, al que se ha llegado por evolución fonética.
Originalmente se trataba del itinerario utilizado para las migraciones estacionales entre el sur y el norte del occidente peninsular. El trazado se afianzó con la construcción de la calzada romana, hacia el siglo II a.C., convertido en ese momento en la principal vía de comunicación de las regiones por las que transurre hasta bien entrado el siglo XIX. En época romana se pavimentó el Camino de la Plata, y se le dotó de puentes que aún perduran, así como de miliarios (rollos graníticos que indican las millas y de los que se conservan algunos) y mansíos (lugares para el descanso de los viajeros, origen de actuales poblaciones).
Durante el período de apogeo de la Mesta, la Cañada Real de la Plata (o La Vizana) se situó parcialmente sobre la propia calzada romana, siendo utilizada masivamente para el traslado de ganado, hasta la aparición del ferrocarril y la carretera.
La Vía de la Plata se utilizó también masivamente por árabes y cristianos durante las luchas por las tierras de la meseta, y no menos importante fue el uso que durante el medievo se le dió como ruta de peregrinación a Santiago, de ahí el nombre de Camino Mozárabe del Sur, con que también se ha identificado.
La Vía Romana de la Plata se construyó, como el resto de calzadas romanas, con fines militares. Posiblemente se comenzase a construir en el año 139 a.C., pero con toda seguridad, durante las guerras civiles romanas, en que Quinto Cecilio Metello Pio establece tres asentamientos militares a lo largo de la ruta: Medellín (Metellinum), Cáceres (Castra Caecilia) y Puerto de Béjar (Caelionicco o Vicus Caecilius). El trazado principal enlazaba Emerita Augusta (Mérida) y Astúrica Augusta (Astorga), así se le conoce en numerosas publicaciones como Iter ab Emerita Asturicam.
La calzada romana de La Plata es la más valiosa de la Península, por su importante patrimonio arqueológico, restos del pavimento, alcantarillas, miliarios, puentes y pasos de agua, destacando el fortín romano de Calzada de Béjar (Salamanca), construido durante el Bajo Imperio.
Esta impresionante obra, vehículo de comunicación durante siglos, es abandonada a su suerte desde finales del siglo pasado.
La construcción de la carretera N-630 (Gijón Sevilla) y el ferrocarril entre Palazuelos y Astorga, hacen que la calzada pierda parte de su sentido. Sufre pues el olvido de las administraciones y un preocupante y progesivo deterioro, que posiblemente pueda aún detenerse con la ayuda de todos.


Visto en: Amigosdelciclismo.com

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